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viernes, 23 de octubre de 2020

Seguimos peleando por tu seguridad laboral y tu derecho a conciliar

Seguimos peleando por tu seguridad laboral y tu derecho a conciliar

 

Hace mucho tiempo ya de aquel Consejo de Gobierno del 9 de julio en el que se aprobó, a pesar de la crítica sindical, el documento Curso 2020-2021: Orientaciones para la enseñanza y el aprendizaje”. CCOO ya llevaba tiempo advirtiendo en las “mesas de negociación” de que ese plan sólo contemplaba el escenario optimista que imperaba en aquella aparente salida de la pandemia. Dejamos claro que hacía falta un plan B, por si las cosas se torcían, y lamentablemente así ha sido. ¡Y la UPV/EHU sin un plan B!

 

A pesar de las circunstancias que vivimos, la UPV/EHU sigue en cambio aferrándose al “plan A”. Muestra de ello es ese tozudo empeño en mantener una imagen de universidad presencial a toda costa, llegando al absurdo de exigir que las tutorías y clases online se den desde los despachos, como ya denunciamos en este comunicado. Pues bien, si alguien pensaba que con la incorporación al GAUR de un nuevo campo “Direccion BBC” algo había cambiado está entonces equivocado. Todo sigue igual, así se nos ha confirmado expresamente desde el Vicerrectorado de PDI.


CCOO ha pedido una vez mas en la última comisión de planificación del día 22 de octubre que se recapacite sobre esa obsesión presencialista y que se flexibilicen los porcentajes de docencia presencial que se establecieron en ese plan, porque ya no nos valen y no hacen mas que encorsetarnos.


Por si esto fuera poco, una abrumadora evidencia científica en relación a la transmisión del virus por aerosoles pone en cuestión la distancia de seguridad de 1,5 metros en base a la cual, en el mejor de los casos, se han configurado las aulas docentes y espacios de trabajo. Ahora se nos insiste en la ventilación como principal medida de seguridad, cosa difícil o incluso imposible de cumplir en muchos casos y más aún con las previsibles condiciones metereológicas propias de la estación en la que nos encontramos. Si a esto le sumamos el posible papel de los asintomáticos y su potencial de transmisión del virus estamos fabricando un caldo de cultivo perfecto para poner en riesgo a nuestro profesorado. A pesar de todo, la UPV/EHU sigue empecinada en la presencialidad (o telepresencialidad, término que tiene su guasa), cuando lo sensato ahora es dar preferencia a la docencia online siempre y cuando ésta sea posible. ¿No sería mejor ir adaptando ya la universidad a las más que previsibles circunstancias que se nos vienen encima?


No debemos olvidar que la edad media del PDI es muy elevada y que la edad es, precisamente, uno de los criterios para definir a una persona como “de riesgo”. Y ahora también se está poniendo en cuestión el nivel de riesgo del profesorado universitario, incluso a nivel judicial, como dice la sentencia del Juzgado de lo Social de Ourense contra laUniversidad de Vigo en relación a recalificar a un docente universitario mayor de 65 años de riesgo 1 a riesgo 2 y condenando a la universidad a que le posibilite la docencia NO PRESENCIAL. Pero, en cualquier caso y al margen de sentencias: ¿Porqué correr este riesgo existiendo medios telemáticos que ya se han probado que funcionan? No pedimos que toda la docencia sea no presencial, pero si que se reduzca al mínimo posible dadas las circunstancias.

 

Por otra parte, y en relación a una de nuestras reiteradas reivindicaciones acerca de la “aplicación del principio de precaución en casos de vulnerabilidad”, os podemos informar de que se nos ha aclarado los siguiente: cuando una persona solicita ser considerada vulnerable al covid, y siempre que aporte al departamento un informe del médico de cabecera, no tiene obligación a asistir a su puesto de trabajo hasta que recibe la resolución del servicio médico. 

 

Además, a parte de la salud, nos encontramos también con un serio problema de conciliación para muchas personas que están cuidando a menores, mayores, dependientes, enfermos con problemas de inmunosupresión, etc, en unas circunstancias que son mucho más complicadas de lo habitual y que no están encontrando, ni un procedimiento, ni un apoyo claro a su situación. En la comisión negociadora de ayer 22 de octubre, CCOO ha denunciado la insuficiencia de las medidas extraordinarias presentadas por la administración para afrontar posibles circunstancias derivadas del Covid, como confinamientos de menores, mayores y dependientes, cierres de centros, etc. La propuesta presentada por la UPV/EHU es un avance, pero tiene ciertas lagunas. El documento final ha quedado pendiente de aprobación a la espera de ver si se aceptan las propuestas que algunos sindicatos hemos propuesto.


CCOO ha pedido, entre otras muchas cosas:


  • Que no sea obligatoria la convivencia con la persona confinada y/o en cuarentena: podemos tener la necesidad de cuidar a mayores o dependientes con los que no convivimos, y en las circunstancias actuales puede sercomplicado encontrar cuidadores.

  • Que se retire la incompresible exigencia de que la pareja trabaje presencialmente para poder acceder a estas medidas. El derecho a la conciliación es individual y no debe estar ligada de ningún modo a la situación laboral de la pareja.

  • Que no sea necesario que la persona a la que debemos cuidar tenga reconocida un grado de dependencia. Puede darse el caso de estar en trámite de obtener dicha dependencia, o de tratarse de una dependencia temporal sobrevenida por un accidente, tratamiento oncológico, etc.


Además de estas medidas extraordinarias, hemos exigido que se reanude de inmediato, y antes de que finalice su mandato, la negociación de unas medidas de conciliación por las que llevamos esperando casi dos años y que, por una razón u otra, la administración está posponiendo de un modo incompresible. Y es mas, en algunos casos, incumpliendo la normativa vigente.


El PDI ha demostrado sobradamente voluntad y capacidad para sacar adelante su trabajo en unas condiciones totalmente adversas y sobrevenidas. Sin embargo, la UPV/EHU, no está actuando del modo que se le supone a una universidad que dice ser Excelente. Le está faltando empatía, le está faltando confianza en su personal, no está haciendo lo suficiente.

 

¡Pedimos cintura para adaptarse a la nueva situación, flexibilidad y mas confianza!

jueves, 8 de octubre de 2020

LA MODIFICACIÓN DE LA LOU NO RESUELVE NADA


LA MODIFICACIÓN DE LA LOU NO RESUELVE NINGUNO DE LOS PROBLEMAS QUE SUFREN LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS

 

Tras la reunión mantenida ayer, 7 de octubre de 2020, con el Secretario General de  Universidades, los sindicatos mayoritarios, CCOO, UGT y CSIF, manifiestan su desacuerdo con el último documento del Anteproyecto de Ley para la reforma de la Ley Orgánica de Universidades

lunes, 5 de octubre de 2020

LA PRESENCIALIDAD LLEVADA AL ABSURDO

LA PRESENCIALIDAD LLEVADA AL ABSURDO


Hace pocos días que la vicerrectora del PDI envió al personal la circular sobre la incorporación del Personal Docente e Investigador a la actividad presencial en la que se recuerda que:


"el PDI debe acudir, con carácter general, a su centro de trabajo y prestar sus servicios desde el mismo, con independencia de que el alumnado reciba las clases y/o tutorías de forma presencial o telemática, en función de que puedan garantizarse las medidas requeridas por las autoridades sanitarias. Aclarar que, de acuerdo con el artículo 9.4 del RD 898/1985, las tutorías tienen el mismo carácter de obligación docente que la impartición de clases, y no existe razón para entender que no deban tener carácter presencial para el profesorado”.

 

Pues si no le parece razón suficiente a este rectorado la crisis sanitaria en la que nos encontramos, mal vamos. La exposición en medios de transporte, en el propio centro y despacho, en pasillos, baños, etc, deberían ser ya suficientes. Además los últimos estudios sobre la prevalencia del virus en aerosoles deberían hacer reflexionar al vicerrectorado y reconocer que SI EXISTEN RAZONES lógicas y ciéntíficas que justifican la no presencialidad cuando se imparte la docencia vía telemática. ¿Qué pasa? Parece ser razonable y justificado proteger al alumnado mandándolo a casa y, sin embargo, no haber problema alguno en exponer innecesariamente al personal.


Además, el citado párrafo de la circular contraviene lo expuesto al respecto en las Recomendaciones del Ministerio de Universidades a la Comunidad Universitaria para adaptar el curso universitario a una presencialidad adaptada, actualizadas con fecha 31 de agosto de 2020, donde se señala, en el punto 7 del Anexo sobre “Medidas de prevención e higiene frente a Covid-19 para centros universitarios en el curso 2020-2021” (página 5), suscrito por el Ministerio de Sanidad y el Ministerio de Universidades, específicamente lo siguiente:



Se fomentará la continuidad del teletrabajo para aquellas actividades que no requieran necesariamente de presencialidad de la persona trabajadora (tutorías, reuniones…)”.



Nos preguntamos porqué no se ha trasladado esta recomendación a la circular. Aquí cuando nos conviene hacemos caso a lo dictado por la CRUE y el Ministerio y, cuando no nos conviene, nos lo pasamos por el forro.


De hecho, en la última comisión de PDI del 15 de septiembre, CCOO mantuvo una acalorada discusión con la vicerrectora de PDI sobre esta cuestión. Nosotros mostramos nuestra absoluta incomprensión ante el hecho de que el PDI deba estar físicamente en su despacho para impartir una clase o tutoría online. A nuestro modo de ver, esto no tiene ningún sentido práctico y, además, acarrea una serie de riesgos completamente innecesarios ya mencionados. Sin embargo, la vicerrectora hizo una defensa a ultranza de la presencia física del PDI apelando a nuestro deber como empleados públicos y a nuestra obligación de estar presentes en nuestro puesto de trabajo. Y, ante la imposibilidad de ejercer este control, de nuevo se hace gala de la falta de confianza en el PDI, una falta de confianza incomprensible teniendo en cuenta el esfuerzo que el profesorado ha hecho para adaptarse a la nueva situación. Además, las herramientas disponibles si permiten, aún mas si cabe, la monitorización de las actividades docentes, como se ha demostrado hasta la fecha.



Sólo parece quedar exento de esta absurda norma el personal vulnerable al COVID-19 (que debe solicitarlo, demostrarlo y esperar a que le admitan su solicitud) y "el PDI que se acoja a las medidas de conciliación vigentes", las cuales no tenemos claras cuáles son porque no se nos quiso contestar a esta cuestión concreta, a pesar de nuestra insistencia.



Resulta completamente absurda la postura de la UPV/EHU a este respecto, cuando la recomendación en la que mas se insiste desde múltiples instancias es precisamente realizar la mayor parte del trabajo posible de modo no presencial, mas si cabe con las nuevas informaciones sobre la prevalencia del virus en aerosoles. Suponemos que esta Universidad de la Excelencia y el Vicerrectorado de PDI en particular, estará dispuesta a admitir el riesgo para la salud que esto implica para su personal, así como las consecuencias que esto puede acarrear.

 

En fin, seguimos chocando contra un muro en el que, cuando debería ser el templo de la razón y el conocimiento, triunfa en cambio la irracionalidad y la falta de confianza más absoluta.